Falta poco más de un mes para que llegue ese día. Hablando con precisión, ese día no es el día de las elecciones, es más bien el día de las "imposiciones", porque muchos de nosotros no elegiríamos al 99 por ciento de la lista que depositamos en la urna. Las elecciones las realizan los partidos políticos. Nosotros votamos la lista que nos parece menos mala, la que nos imponen, pero no la lista que nos convence.
Sin embargo, y a pesar de todo, estamos obligados en conciencia a ir a votar en las "imposiciones europeas". Y no se trata de que, como dicen los gallegos, "si no votamos, no os botamos", sino de que es mucho lo que está en juego. El Parlamento Europeo, junto con la Comisión Europea, son los únicos que pueden salvarnos del galimatías en que estamos metidos los españoles. O bien obedecemos a Bruselas en cuanto al control de gastos, en cuanto a las pensiones, en cuanto al paro, y sobre todo al paro juvenil, en cuanto a la separación de poderes y en cuanto al nombramiento de los miembros del Consejo del poder judicial..., o vamos derechitos a una segunda Venezuela.
Soy y he sido muy crítico con las instituciones europeas y más aún con los grandes partidos políticos, que son los principales responsables de que la integración europea no avance, pero sé que sin Europa España no saldría del hoyo. Teresa de Ávila (Santa Teresa de Jesús) decía: "Dios escribe derecho con renglones torcidos". La Unión Europea avanza con unos políticos que van echando el freno a la integración.
Es muy probable que no escuchemos grandes discursos europeístas durante la campaña electoral. "Nadie da lo que no tiene" dice el proverbio latino. Es muy probable que lo poco que escuchemos sobre Europa, fuera de las crónicas de los corresponsales en Bruselas, no pase de la categoría de "nimiedades o perogrulladas", pero debemos ser los suficientemente responsables para saber que no hay otro camino para las naciones europeas y mucho menos para las regiones. Es mucha la soberanía que Europa ha perdido y está perdiendo cada día frente a los gigantes mundiales, y si nos empeñamos en dejar pasar más tiempo, terminaremos siendo esclavitos de cualquier potencia.
Son muchos los cambios en la UE que hoy me guardo en el tintero y que he venido reclamando durante estos cinco últimos años: Hoy sólo quiero convenceros de que debemos ir a las urnas el 9 de junio. Espero que algún día los eurodiputados se vean forzados por la necesidad a romper con las directrices de sus partidos y a obedecer a las peticiones de los ciudadanos, que estamos reclamando más Europa.
Si a pesar de todas mis críticas a la UE, yo voy a ir a votar, creo que también vosotros podréis superar vuestras objeciones.