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Clásico

Con zuecos y pijama

Por Marcos Pastor Galán

Verano SACYL 2024


Cada año el sistema sanitario español se tambalea debido a las vacaciones. No es una cuestión novedosa ni tampoco algo fácilmente de resolver, pero tampoco se pone la intención suficiente para ello. Ni la administración escucha o propone, ni los trabajadores aceptan si hay un cambio. Así, sucesivamente, pasan los años con el mismo paradigma que se tambalea a nivel político para tratar de captar adeptos.

Frecuentemente se habla de la falta de contratación y es cierto. Paradójicamente, este año la culpabilidad recae sobre Mónica García, ministra de sanidad. Algo particularmente falaz dado que las competencias residen en las autonomías. La mayoría de conflictos están sucediendo en las comunidades que tienen gobierno autonómico opuesto al nacional. Y hace unos años, con una situación política inversa, la culpa, casualmente, era de las autonomías.

Si analizamos el porqué no se contrata personal, el resultado va a ser variopinto. Algunas de las razones son no encontrar a nadie, alegar a una falta de fondos y, por supuesto, la incapacidad de asumir la demanda implicando las convenidas privatizaciones. Como no podía ser de otra forma, SACYL ha decidido sumarse una vez más al plan de la privatización otorgando al sector privado una buena partida para maquillar los datos de las listas de espera.

En teoría, y solo en teoría, se debe a la incapacidad del sector público de resolverlo. Pero es evidente que el guiño al privado no es una necesidad sino un capricho de amigo. Porque si se invirtiera ese mismo dinero en mejorar a largo plazo el sistema público, los problemas se resolverían a largo plazo. Es impensable para un ser inteligente que el sector privado sí encuentre personal, teniendo peor remuneración, para ejecutar todo lo pendiente en el sistema público.

Y si valoramos todo lo que rodea a la gestión del personal, es cierto que el sistema de trabajo actual impide resolver de forma práctica las planillas de verano. Lo que sucede realmente es que impide resolver los conflictos de todo el año, pero al funcionar por inercia, no ser percibe. La famosa frase de "siempre se ha hecho así" es habitual en estos frentes y con ella se justifica no replantear si hay algún método de mejora.

Por ejemplo, en otras autonomías la atención primaria funciona de mañana y tarde. Y no por ello requiere más personal, sino que se dividen en turno. Ello facilita que un mismo espacio sea más aprovechado, con el mismo gasto y disminuyendo la afluencia en urgencias. No se necesitan tantas personas de guardia ya que puedes elegir si quieres turno ordinario de mañana o tarde. Y en caso de  impetuosa urgencia, alguien te atenderá en la consulta debidamente.

También, siguiendo el ejemplo de muchos centros privados, existen turnos de 12 horas para todo el personal. Esto es muy difícil de asumir si nos centramos en adaptar la forma de trabajo que tenemos hoy en día a esas 12 horas. Pero una vez más, quien ha sabido optimizar, nos revela que se puede reorganizar la rutina diaria. Así pues, se reducen las guardias médicas de 17 y 24 horas, que ellos mismos reflejan que son difíciles de aguantar con el paso del tiempo.

Si a la falta de interés de la administración se añade la desidia de parte del personal, nos encontramos con el "pastel" de este año, donde los residentes de medicina terminan en septiembre en vez de en mayo. Aunque las plazas MIR hayan aumentado, se han contratado más enfermeras y, junto a ellas, personal técnico y celadores,... No va a haber solución si no se modifica la forma de trabajar. No por masificar de personal el sistema va a mejorar de por si.

Falta formación específica, faltan especialidades, falta dotar de personal y competencias a los fisioterapeutas, falta, en general, dar una vuelta entera a un sistema sanitario obsoleto. Un sistema que nunca ha funcionado y que no va a arrancar a base de derrochar dinero público en amigos privados, mientras se deja sin financiación lo verdaderamente importante.

Un verano más, hemos fracasado en la gestión sanitaria de SACYL.