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Clásico

Desde mi Tribuna

Por Juan Postigo Vergel

Viento de cara


Hay una vieja mentira en la política, tanto a nivel local como regional y nacional, que lleva instaurada desde tiempos inmemoriales. Esta consiste en pensar que cuando cambia el gobierno de la institución correspondiente, esté al nivel al que esté, todos los servicios públicos que esta ofrece pasan a 'militar' con el pensamiento del partido político correspondiente. Me explico.

 

En Valladolid, por poner un ejemplo, cuando hubo cambio en junio de 2015, dejando atrás los veinte años de León de la Riva y Óscar Puente levantó por primera vez el bastón de mando, uno de los primeros ataques de la oposición, véase el Partido Popular, se fundaba en que las calles estaban más sucias. Aquello fue muy peculiar porque de un día para otro, casi literalmente, las mismas calles que estaban impolutas de repente eran un estercolero 'gracias' a la entrada de PSOE y Valladolid Toma la Palabra al Gobierno.

 

Es curioso. Como si estos servicios de limpieza, con los mismos empleados, vehículos, medios, horarios y organización, no fueran los mismos en mayo de 2015, cuando todavía gobernaba el PP, que en agosto o septiembre de ese mismo año, cuando ya gobernaba el socialista. Este es el concepto equivocado al que me refiero. La gente piensa que cuando se cambiar un gobierno también cambian los funcionarios y su trabajo, y esto no es así. Cambian las personas que los gestionan, pero los anteriores funcionarios siguen estando ahí.

 

Por eso me llama la atención un caso que considero extrapolable; Fernando Simón. Desde que comenzó la vorágine del coronavirus este médico epidemiológico ha saltado a la palestra, pese a que ya lo hiciera en un par de ocasiones con la anterior crisis del ébola en 2014. Y ahí quiero llegar. Simón lleva en el cargo de director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad desde 2012. Sí, no hace falta que mire en internet. Por aquel entonces Mariano Rajoy era presidente del Gobierno, concretamente desde las Elecciones Generales del 20 de diciembre de 2011.

 

¿Me va entendiendo? Fernando Simón podría ser votante y simpatizante de Vox, del Partido Popular o de Ciudadanos. O de cualquier otro partido. Como su cara ha empezado a ser visible a un nivel terrible con el Gobierno de Pedro Sánchez, una parte considerable de la población ha considerado que tiene simpatía socilista. Y no, no tiene por qué. Se ha dedicado a ser profesional y a hacer su trabajo, con más o menos acierto. Permítanme que omita ese aspecto, que aunque sea importante no es el que pretendo tratar hoy aquí.

 

¿Puede que haya recibido presiones del propio Gobierno socialista en algunos aspectos estos meses? Es posible. ¿Que habrá tenido que trabajar bajo el mando de dos personas que sí son del PSOE como son Salvador Illa y el propio Sánchez? También. Pero no desprecien y hagan de menos el trabajo de una persona solo por pensar que es de un partido político con el que no comulga usted, porque además esto último no tiene por qué ser cierto.

 

P.D. Videoclip de 'Viento de Cara', de Supersubmarina.