No os lo vais a creer, pero los actores siguen en huelga. Llevan ya 100 días, y parece que no se vislumbra una solución en el futuro próximo.
Los estudios no quieren ceder ni una pizca de su margen de beneficio, y además pretenden que los actores de series y películas firmen un permiso para poder utilizar su imagen mediante inteligencia artificial, sin su participación, y sin ver un duro. Lógicamente, han dicho que no.
Así que os traigo otra serie más, con muchos episodios, y un spin-off, para que podais sobrellevar el desierto creativo que se nos presenta.
Harry Bosch es un veterano detective de la policía de Los Ángeles, con un gran instinto, no demasiado respeto por la autoridad, y una forma muy personal de hacer las cosas. A eso ya se han acostumbrado, sus compañeros, su jefa, y el resto de policías de la comisaría.
Harry es padre de una hija, y está divorciado de la madre, una antigua agente del FBI, especialista en elaboración de perfiles, y que ahora trabaja como jugadora de póquer. Sí esa profesión existe. Su madre era una prostituta que murió asesinada cuando él era un niño, y cuyo crimen está por resolver.
Además es el hermanastro de otro personaje que nos encanta, Mickey Haller, el Abogado del Lincoln, (la serie está basada en las novelas de Michael Connelly), con el que comparte padre y gustos inmobiliarios. De ahí que se rumoree un crossover entre las dos series, aunque pertenecen a diferentes plataformas (Prime Video y Netflix), pero cosas más raras se han visto.
Con un gran misterio por resolver en cada temporada, basada en cada uno de los libros, la serie tiene mucha acción, giros inesperados, buenas interpretaciones, y una buena dosis de música de Jazz. Harry es un amante de este tipo de música, y dice que no piensa escuchar nada compuesto en este siglo, con todo lo que tiene que escuchar aún del siglo pasado.
Bosch está protagonizada por Titus Welliver, tiene siete temporadas y un spin-off, Bosch: Legacy, cuya segunda temporada se estrena estos días. Ambas en Prime Video.