Cada mañana salgo a correr a las 7.30. Sí, es de noche, pero no soy el primero en salir. En mi carrera por el canal de Castilla voy por el camino de sirga del lado izquierdo y lo hago de manera intencionada, dado que, por el camino de la derecha, en algún punto sé que escucharé un grito: ¡Vamos Rocky! Es Javi, un ya amigo, pues el roce hace el cariño.
Javi aparece entre la penumbra con sus dos galgos. Yo, después de contestarle con mi "Buenos días, amigo mío", siento como resuenan en mi cabeza los acordes de la película de Rocky, esprinto y ganas me entran de lanzar dos puñetazos al aire. El "vamos Rocky" hace que empiece el día con energía, sabiendo que estamos conectados, sintiendo que no estamos solos en este mundo, esbozando una buena sonrisa. Esto es lo bueno de vivir en un pueblo, nos conocemos y nos cuidamos.
Bueno ¿Quién es Javi el que me dice "¡Vamos Rocky!"? Javi es un exalbañil, que ahora a sus 79 años es notario de la actualidad y narrador de sus vivencias. Por ello, los fines de semana que tengo más tiempo, corro o paseo por el camino de sirga del lado derecho, pues al tener más tiempo, puedo pararme a conversar con él, a sabiendas que el diálogo, o monologo se alargará. Javi, me pone al día de los asuntos de política nacional (hace tiempo que me desconecté de los noticiarios), me hace un buen repaso de las chapuzas o buenas obras que se hacen en el pueblo. Me traza una línea bastante cuerda de los desmanes o logros municipales. Me cuenta su enriquecedora historia de la que tanto se puede aprender. Todo ello salpicado con mucho humor, algún taco y a grito "pelao" del que no se arrepiente de lo que dice.
El "vamos Rocky" supone una conexión entre la gente del pueblo. Todos los que paseamos, corremos o pedaleamos, nos saludamos y nos cuidamos. Si un día falta alguien o si se ha retrasado, le echamos de menos y preguntamos. Recuerdo como Lourdes siempre nos pedía que cuidáramos de su marido que con 90 años salía a dar su paseo en bici por el canal. Decía el Principito: "Los hombres ya no tiene tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existe ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos".
Pues, los pueblos y el canal de Castilla nos regalan amigos, de los que no se compran. Mi carrerilla no sería igual sin el ¡Vamos Rocky! Gracias Javi, me encanta seguir aprendiendo y sonriendo.