En una sucursal cualquiera de una ciudad cualquiera suena el teléfono… “ring, ring…”
- Buenos días, soy Mariano García, asistente senior, desde el Teléfono de Atención a los Mayores del Banco Villanovense, ¿en qué puedo atenderle?
- Buenos días, es que he recibido una carta…
- Hola, buenos días, señora, disculpe un segundo, dígame su DNI, por favor
- ¿Mi DNI? ¿Para qué? Si yo lo que he recibido es una carta…
- Sí, ya, pero si me da su DNI, veo sus posiciones y…
- ¿Mis posiciones?, pues sentada, estoy sentada.
- Ya, ya, no, quiero decirle que si me da su DNI pues puedo ver la manera de ayudarle.
- Ah, vale, pero es que no me lo sé.
- ¿No se lo sabe?
- Nooo!!!, bastante que sé leer un poco, porque casi no pude ir a la escuela, ¿sabe?, es que de mocita enseguida me pusieron mis padres a servir; en aquellos tiempos, las chicas íbamos a servir a la casa de los señoritos del pueblo, ¿sabe?, como las cosas estaban tan mal después de la guerra, pues ya se sabe; en mi casa éramos doce y todos teníamos que ayudar. Mis hermanos mayores ayudaban a mi padre con los trillos, ¿sabe usted?, y el pequeño trabajaba en la huerta del tío Sandalio y, cuando podía, le despistaba una o dos calabazas para el caldo…
- Ya, ya… pero me decía que ha recibido una carta y yo necesitaría su DNI para poder ayudarle…
- Ah, pues voy a por él, espere un momento.
- (3 minutos después) ¿señora, señora?
- (5 minutos más tarde) ¿señora, señora?
- (10 minutos después) Aquí lo tengo.
- Ah, menos mal, creí que había ido a renovarlo. A ver, dígamelo.
- 12, 37, 15… la niña bonita, 22, los dos patitos… S
- Ese de Sevilla?
- No, no, ese…
- Eso…
- No, eso no, ese…
- Pues eso, ese de Sevilla...
- No, no, ese de Segovia….
- Ya… vale, de Segovia, es usted de Segovia…
- Sí, sí, de Coca, ¿cómo lo ha sabido usted?
- Ya ve, que leo la mente… menos la de mi señora, pero eso es otro cantar. En fin, vale, 12371522S… Luciana González, ¿verdad?
- Sí señor, para servirle…
- Muy bien, Luciana, dígame, ha recibido una carta...
- Sí, sí, la recibí ayer, la ví en el buzón cuando venía del Gadis, ¿sabe?, es que compro en el Gadis porque me pilla cerca y ya, a mi edad, no me aguantan bien las piernas, ¿sabe usted?, que tengo 88 años, aunque por fuera no lo parezca, no se crea, pero aún me mantengo y hago las cosas de la casa, que yo siempre he sido muy limpia.
- Cuánto me alegro, pero dígame, Luciana, lo de la carta…
- Ah, sí… bueno pues el caso que la ví al volver del Gadis, que fui a comprar unas manzanas porque mi vecina la Alfonsa me dijo que estaban muy baratas y que eran muy buenas; la verdad es que no me gustan mucho las manzanas, me estriñen un poco, pero como estaban baratas pues compré 3 kilos, y como venía cargada pues no pude abrir el buzón.
- Ya
- Y pensé, pues bajo luego y la cojo.
- Ya
- Y bajé, sin quitarme el abrigo, oiga, porque aquí hace mucho frío ¿sabe?
- Ya
- Un abrigo bien majo, ¿sabe usted?, que me lo compré para la boda de mi sobrino Félix, el hijo de mi hermano Justino, que no tuvo otra ocurrencia que casarse en Burgos, en noviembre, claro, cuándo iba a hacerlo si no, si dejó embarazada a su novia, la muy pelandusca, que lo hizo pa´pillarle, porque es un chico con carrera, ¿sabe usted?, creo que estudió una ingeniería o algo así y que está bien colocado, en algo de la Junta, éso dice mi hermano Pedro, el pequeño, el que le levantaba las calabazas al tío Sandalio…
- Ya, ya… Luciana, pero hablábamos de la carta del banco que ha recibido, quería usted preguntarme algo.
- Ah, sí… le decía que bajé a por la carta ayer y cuando la subí a casa, pues me llamaron del Centro de Salud, ¿sabe usted?, porque había pedido una cita para renovar las recetas del Sintrón y lo de la memoria, que no me acuerdo cómo se llama, y que me vea la médico de cabecera, doña Pilar, porque hace unos días que me duele así en las costillas, por la parte de dentro y no sé si habré cogido frío, ¿sabe usted?, y claro, pues me dieron cita para este viernes a las 9 de la mañana, que es un poco pronto, porque a mí no me gusta mucho madrugar, ¿sabe?, prefiero quedarme hasta las 11 escuchando a Federico, que pone a los políticos a caer de un burro, qué tío, qué lengua tiene el salao…
- Ya, ya, Luciana… la carta…
- Ah sí, el caso es que he recibido una carta del banco.
- Muy bien, y qué le dice…
- Que qué me dice, y qué sé yo lo que me dice, es que no la encuentro, no sé qué hice con ella cuando cogí el teléfono…
- Ya
- Y le llamo para ver si puede decirme qué ponía…
- Ya… uy, parece que se corta…
Los bancos se van a hinchar a ganar dinero… y los psicólogos…