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En tiempos electorales, prohibido cometer errores

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Teresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.

Arranca el curso político que abre un abanico electoral más que interesante. El regreso de las vacaciones, que han servido para dar un último impulso a la economía regional, abre una serie de interrogantes con el horizonte de mayo y las municipales como reto. Serán unas elecciones atípicas, sin el paraguas de los comicios autonómicos que depararon en febrero el primer gobierno compuesto por PP y VOX de la historia. Precisamente esta coalición estará bajo la lupa de todos los observadores y oposición política. Cualquier resbalón dialéctico, cualquier manifestación mal colocada, será utilizada como munición para alimentar la confrontación entre dos partidos que, juntos, aspiran a redecorar el mapa municipal en Castilla y León con claros objetivos marcados.

El regreso de la actividad nos dejó el primer patinazo entre el quiero y no puedo. El presidente Mañueco salió de La Moncloa reivindicando, por ejemplo, que Valladolid no puede renunciar al soterramiento ferroviario pero este jueves el portavoz Carriedo no fue tan contundente como su presidente, provocando la primera reacción del Gobierno de izquierdas vallisoletano, que sonreía ante lo que interpretaba como una evidente falta de coordinación en el Ejecutivo popular para lanzar un mensaje contundente como el que salió de la reunión con Pedro Sánchez.

Valladolid es uno de los objetivos, como lo son Palencia, Burgos y León. El PP quiere reforzarse en Salamanca con una mayoría absoluta basada en captar los votos del moribundo Ciudadanos. El PSOE está entre la disyuntiva de esperar a ver cómo le afecta el efecto Sánchez, ante un otoño caliente por los desorbitados precios de la electricidad, el gas, los combustibles y la cesta de la compra en general; es decir, las consecuencias de una inflación que puede con cualquier gesto político que pretenda calmar una situación inquietante.

Dicen los analistas que en estos tiempos de incertidumbre, con unas elecciones a la vista, lo más recomendable es no cometer errores en un tramo final de mandato con muchas incógnitas. VOX sabe que tiene menos fuerza ahora que antes de las elecciones andaluzas, y el PP sonríe porque estima que Feijoó ha impulsado sus expectativas. El terreno de nadie de Ciudadanos parece tener más inclinación hacia el bloque de la derecha mientras la izquierda tiene demasiados frentes abiertos: los socialistas porque el desgaste cada día es más evidente y la facción de Podemos acusa de una manera tajante su continua división interna con el nacimiento de nuevas propuestas que entierran las posibilidades de crecimiento afianzado.

En principio septiembre es el mes indicado para que el PP ponga las cartas boca arriba de sus candidatos y, ya entonces, se abrirá la veda con una cacería que puede dejar más de una especie en vías de extinción.

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