logo

Memoria democrática

imagen
Memoria democrática
Diego Jalón Barroso
Diego Jalón Barroso
Lectura estimada: 5 min.
Última actualización: 

Hace ya tiempo que escuchamos a la actual dirección del PSOE llamar viejos y caducos a los históricos dirigentes que ahora se oponen a la amnistía. Pero esta semana Felipe González, genio y figura, ha demostrado que sigue en plena forma. En todos los sentidos. En uno de los momentos más memorables de los últimos tiempos en televisión, el expresidente afirmaba ante una sonrojada Susana Griso que "yo la tengo muy larga".

No se refería González a lo que cualquiera pudiera pensar, sino a su memoria, que comparaba con la muy corta de Zapatero. Felipe explicó también que no había entendido nada de lo que este había explicado en su entrevista en Onda Cero el día anterior. "No me enteré de nada, ni siquiera de la posición de Azaña, porque no llegó hasta el final".

En esta especie de debate en diferido entre ambos expresidentes al que hemos asistido, González rebatía a Zapatero: "la actitud para perdonar se puede tener, pero nadie ha pedido perdón, lo que piden es que reconozcamos que lo que ellos hicieron es lo correcto y lo que hicieron las instituciones era represivo y no correcto". Y señaló también que, aunque él en su día sí estuvo a favor de los indultos, no comprendió nunca la modificación de los delitos de sedición y malversación, que permitían a España defenderse contra quien quisiera alterar el orden jurídico.

González, es evidente, tiene memoria. Y una idea de lo que es la democracia, que podemos compartir o no. Pero lo que había quedado claro el día anterior, cuando Zapatero, al que algunos medios postulan como el negociador que va a desatascar las atolladas negociaciones de Sánchez con Puigdemont, se fue a soltarle sus peroratas a Carlos Alsina, es que ni tiene memoria, ni una idea clara de lo que es la democracia.

Porque empezó Zapatero por explicar que, en efecto, Sánchez se había opuesto a la amnistía antes del 23 de julio, pero que el presidente en funciones se refería a una amnistía que no es de la que hoy estamos hablando. En esto comprendo a González, porque yo tampoco entendí nada. Y dijo que cuando uno está en el Gobierno, pues "si hay que cambiar de opinión se cambia", a lo que Felipe contestó que "rectificar es de sabios, pero de necios tener que hacerlo a diario".

Luego se enredó Zapatero ensalzando las virtudes de la amnistía, y lo mucho que esta "institución", como la definió el muñidor del Grupo de Puebla, en el que se codea con Evo Morales, Rafael Correa o Delcy Rodríguez, ha contribuido a la pacificación, el diálogo y la convivencia. Y no se le ocurrió mejor ejemplo que la amnistía que Azaña concedió en 1936 a los líderes que habían proclamado el Estat Català dos años antes.

Dejando a un lado que esta amnistía era el primer punto del programa del Partido Socialista con el que se había presentado y ganado las elecciones, que la presidencia de Azaña no dependía de los votos de los independentistas catalanes amnistiados y que no les beneficiaba sólo a ellos, sino a todos los condenados por la Revolución de Asturias, entre ellos 27.000 presos comunes, hablar de lo mucho que las decisiones políticas de 1936 contribuyeron a la paz, el diálogo y la convivencia en España suena un poco aberrante, una vez conocido el resultado.

Se enredó luego Zapatero cuando aseguraba que la amnistía será constitucional si lo dice el Tribunal Constitucional, pero al tiempo acusaba al Constitucional de haber incendiado Cataluña por declarar inconstitucionales 14 artículos de los casi trescientos del nuevo Estatuto de Cataluña, aprobado en un referéndum al que acudieron a votar menos de la mitad de los catalanes censados. En su concepto de democracia, el Constitucional no debió meterse en eso, porque el Estatuto ya había sido aprobado y "refrendado por el pueblo".

Y aseguró que, otra vez su corta memoria, él siempre estuvo en desacuerdo con esa sentencia. Le tuvo que recordar Alsina que, en una comparecencia con Tony Blair, dijo exactamente: ?En cuanto pase el ruido de estos primeros días, la sentencia quedará como un hito, porque pone el punto final al proceso de autogobierno en Cataluña y lo blinda. Y todos los partidos así lo reconocerán?. Todo un visionario.

No es que Zapatero tenga una memoria corta, como dice el expresidente socialista que la tiene más larga. Es que carece totalmente de ella y en esto, pues es igual que el actual presidente en funciones. El que se hace fotos con Bildu, "con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo 20 veces", el partido de ese Otegi que dejaba a sus adversarios políticos "en el capó, metido en un saco, esposado y con los ojos vendados. Cuando lo tengas en el zulo me mandas correo". El partido de Mertxe Aizpurúa, la jefa del 'Comando de Papel' que señalaba desde Egin los objetivos de ETA. Nada menos que con estos pactó Sánchez la vergonzosa Ley de Memoria Democrática.

Mucho va a tener que retorcer las palabras Zapatero para sacar a Sánchez de este formidable lío en el que él solito se está metiendo por su indisimulado afán de seguir en la Moncloa a cualquier precio. Por mucho que Zapatero nos quiera convencer de lo bien que le va a sentar a España encamarse con sus enemigos, esos que aspiran a traernos el comunismo, que a diferencia de Israel nunca ha consumado ningún genocidio, los que dan por bien empleados los asesinatos de ETA, estigmatizan a los jueces y cargan a todas horas contra el "Estado represor". El único resultado posible será la formación de un Gobierno incoherente, en descomposición y sin memoria.

Porque, aunque pensemos que el único problema es Puigdemont, no deberíamos olvidar el conflicto interno en Sumar. Las de Podemos ya están viendo que ni Sánchez, ni por supuesto Yolanda, cuentan con ellas para nada. Y que si no hacen algo se van a quedar sin momio y sin carteras. De ahí en buena parte la terca beligerancia de Belarra contra Sánchez por el conflicto de Oriente Medio, ella que calló y agachó la cabeza cuando Sánchez dejó al Polisario y al pueblo saharaui colgados de la brocha. Eran otros tiempos, en los que las ocupaciones y los reconocimientos de naciones no importaban una mierda.

Saben que su única posibilidad es hacerse un Puigdemont y amenazar a Sánchez con chafarle la investidura. Pero La amenaza tiene que ser creíble. Y para ello, la única dificultad es construir un relato que explique a sus votantes por qué se habrían opuesto a la formación del cacareado Gobierno progresista, llegado el caso. Y la negativa de Sánchez a condenar el supuesto genocidio de Israel es una opción que le están mostrando a Sánchez. Sin ministros ni influencia, encerrados por Yolanda en el cuarto de pensar, que no es su hábitat, Podemos, a diferencia del resto de la banda, tiene poco o nada que perder si se repiten las elecciones. Así que es muy posible que Sánchez ceda también por ese lado y Montero repita en Igualdad. Al fin y al cabo, no tenemos memoria y nuestra democracia es cada vez más corta.  

Últimas noticias de esta sección

2 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
usuario anonimo 10/21/2023 - 2:13:26 AM
Muy bien dicho, inteligentes comentarios de Felipe, para enseñar política y no demagogia y populismo como Zapatero-Sánchez
0
usuario anonimo 10/20/2023 - 2:17:03 PM
Buen artículo, inmejorables los comentarios de Felipe González, por experiencia y objetividad, no se corta un pelo porque sabe que a él no le van a echar del psoe como a Leguina, Nicolás Redondo ...
0
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App