Abarca de Campos es uno de esos pueblos de la Palencia vaciada y rural que bien merece una visita. Con apenas 40 habitantes conserva una interesante iglesia de San Sebastián, construida en el siglo XVII, pero sobre todo es el enclave de la primera esclusa del Canal de Castilla en su ramal de Campos. Es precisamente en este paraje, casi un oasis, en medio de la aridez de sus tierras de cultivo, donde un espectacular proyecto ha dado una nueva vida a la vieja fábrica harinera construida en 1854.

Un lujoso hotel de cinco estrellas -con un exclusivo restaurante- ha dado una nueva oportunidad a un edificio único que molturó harina hasta finales de los años 70 y que luego funcionó unos años como innovador centro de arte contemporáneo. La fábrica del Canal, que así se llama el complejo, abrió sus puertas en 2015 tras un meticulosa restauración. Primero el restaurante y, más tarde, el hotel.

Conserva su maquinaria casi de manera intacta y su declaración como Bien de Interés Cultural hizo que su actual propietario, el abogado palentino Fernando González, mimara su conservación, que ha sido objeto de importantes premios. Un importante equipo arquitectónico compuesto por Adan Bresinick, Miguel Peña y José Antonio Salvador obró el milagro de convertir una vieja harinera en un confortable y exclusivo lugar para el descanso y el deleite de la buena mesa.

"Ya teníamos una experiencia previa con la restauración de un convento del siglo XVI en Brihuega para eventos singulares", pone en antecedentes Fernando González. "Yo soy palentino y me enamoré de este lugar". Se trata de un hotel con diez habitaciones de lujo, tres de ellas dúplex, además de un restaurante, dirigido por la chef Roxana Sevinger, donde se ofrece un espacio gastronómico "que apuesta por la cocina de autor y de mercado, ofreciendo un guiño a la gastronomía tradicional palentina con un toque vanguardista".

APUESTA POR EL CANAL DE CASTILLA

Otro de los fuertes de la Fábrica del Canal es la organización de bodas, banquetes, comuniones y otros eventos sociales y corporativos, anuncia el propietario. Fernando González hace la radiografía del perfil del cliente: "es un usuario, principalmente, de Madrid que viene a descansar y a disfrutar de nuestra gastronomía".

Fernando González es uno de esos empresarios que creen firmemente en el Canal de Castilla, en sus potenciales y posibilidades, pero es muy crítico con la administración a la que pide que al menos si no hace nada por conservar el Canal no ponga trabas a los emprendedores que apuestan por este recurso turístico. Resume gráficamente el estado del Canal de Castilla de esta forma: "Las fotos en blanco y negro nos mostraban un Canal con vida y actividad; las fotos en color actuales nos muestran edificios en ruina e inactividad".