La tecnología "puede y debe ayudar a las personas", asegura la Fundación Santa María la Real, que pretende llevar esa máxima a quien posiblemente precisa de una mayor ayuda, toda persona dependiente o de avanzada edad.

Sensores de movimiento para prevenir caídas, monitorización de constantes vitales para facilitar el seguimiento y el control de la salud o sistemas de avisos son algunos avances que el proyecto 'IMPACTA+' de la Fundación pone en marcha, según EFE.

Los centros Tercera Actividad que la Fundación Santa María la Real gestiona en Aguilar de Campoo (Palencia) y Valdelafuente (León) llevan años apostando por la innovación en los cuidados y, en los últimos meses, han incrementado sus esfuerzos, gracias al proyecto IMPACTA+.

La responsable de desarrollo en Tercera Actividad, Marta Prieto, explica que ese programa de ayudas para la modernización de las entidades del tercer sector, financiada a cargo del Fondo Europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia, está posibilitando "una intensa transformación digital para mejorar la atención que prestamos a las personas que conviven en nuestros centros".

Una de las mejoras que se han llevado a cabo en los últimos meses, ha sido la digitalización de los registros de planes de cuidado de las casi 200 personas mayores y/o dependientes que se atienden en estos centros.

"Digitalizar los procesos nos facilita mucho el trabajo y nos permite almacenar datos e información útil, dado que, en cualquier momento, se puede consultar el historial o el tratamiento que se está aplicando, lo que facilita prestar una atención individual centrada en la persona", precisa Prieto.

Así, hoy por hoy, el personal que se ocupa de la atención directa dispone de pantallas táctiles en las que refleja el apoyo que proporciona a cada persona, anotando, por ejemplo, los cambios posturales, atención en el aseo, en el proceso de vestuario, para que todo quede registrado y el seguimiento sea más sencillo.

También se han mejorado los sistemas de avisos y llamadas desde las habitaciones, baños o zonas comunes.

De esta forma, es más fácil detectar las necesidades de los residentes y, además, se mejoran los tiempos de respuesta del personal de atención directa, garantizando una atención más ágil y satisfactoria, como comenta Marta Prieto.

IMPACTA+ ha permitido, además, la adquisición de dos estaciones de monitorización de constantes vitales, una para cada centro. De este modo, el personal sanitario, tanto de medicina como de enfermería, puede controlar la tensión arterial, temperatura o saturación de oxígeno y, registrarlos o actualizarlos, en tiempo real, en el sistema de gestión del centro.

Otra de las apuestas de Tercera Actividad ha sido la adquisición de una serie de sensores y dispositivos que les permiten prevenir y detectar caídas, a través de alfombras de presión que se sitúan bajo los colchones, sensores de movimiento que alertan durante el sueño o pulsadores de llamada en muñeca, que contribuyen a evitar riesgos innecesarios.

Los sensores de movimiento avisan si detectan que un usuario se ha levantado y el personal de atención directa o del turno de noche puede acudir de modo inmediato y prestarle ayuda o asistencia en caso necesario.

"Llevamos años trabajando y estudiando para transformarnos en centros libres de sujeciones y estos sistemas nos facilitan mucho la tarea", destaca Prieto.
Aunque, lo más importante es que cada una de estas acciones queda registrada en el sistema de gestión.

"Al estar todo conectado y digitalizado, el control y la atención es más eficaz, inmediato y personalizado lo que redunda en la tranquilidad de usuarios, familiares y equipo técnico", concluye.EFE