La Junta ha solicitado que se busquen alternativas y que las obras se hagan en el menor tiempo posible
Nicolás Castellanos recibe la Medalla al Mérito Profesional por dedicar su vida "a la dignidad de las personas"
El consejero de la Presidencia, Jesus Julio Carnero, ha entregado hoy la Medalla al Mérito Profesional de Castilla y León al que fuera obispo de Palencia durante 13 años, Nicolás Castellanos, quien un día decidió pasar "de una vida cómoda a una vida llena de inquietud para procurar el bien de los demás".
Así lo ha reconocido Jesús Julio Carnero, quien ha explicado que la propuesta de esta medalla la realizó el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien no ha podido estar presente en acto por tener que asistir en Madrid, junto al Rey Felipe VI, al acto de homenaje y memoria a todas las víctimas del Covid-19.
La Medalla al Merito profesional "está regulada como una medalla que contribuye a la prosperidad y desarrollo de Castilla y León" ha indicado el consejero, quien ha dejado claro que en el caso de Castellanos es por su contribución al "desarrollo de la solidaridad de quien nació en el municipio leonés de Mansilla del Páramo, que estudió en el Monasterio burgalés de la Vid
"Esta es la constelación, la vía láctea del entorno vital de Nicolas Castellanos. León, Burgos y Palencia es decir nuestra tierra, Castilla y León", ha narrado Jesús Julio Carnero, quien ha precisado que en esa "vía láctea" se produjo un "hecho relevalante, desequilibrante" en 1991, cuando tras 13 años como obispo de Palencia presenta su renuncia al Papa Juan Pablo II.
Una renuncia en la que "hay un mensaje que es muy de San Agustín, y es el paso de una vida cómoda a una vida llena de inquietud para procurar el bien de los demás" ha afirmado Carnero, quien ha dicho que Nicolás Castellanos dejó de hablar de los pobres para acercarse y estar "con los pobres".
"Abandonó el báculo y cogió un pequeño y humilde bastón para conducirse por una tierra compleja como es Bolivia y Santa Cruz de la Tierra" ha recordado el consejero de la presidencia, quien ha subrayado que lo que hay detrás de esta decisión es "el ámbito de la solidaridad y la cooperación al desarrollo, la dignidad de la personas", eso es lo que mueve a Castellanos.
Igualmente, Jesús Julio Carnero, además, ha destacado de su figura "su generosidad infinita por el trabajo sin descanso realizado en favor de la paz, la solidaridad, la tolerancia, el respeto a los derechos humanos y la cooperación al desarrollo, contribuyendo significativamente a la prosperidad de los más pobres y desfavorecidos" de la sociedad".
Centrado en humanizar la vida
Además, le ha agradecido "su compromiso permanente en defensa y de respeto a la vida, a favor de una cultura de la no violencia y de protección de la vida, su compromiso con la cultura de la solidaridad, hacia un orden justo, donde prima el dar sobre el recibir, su compromiso con la cultura de la tolerancia, su compromiso de una cultura de la igualdad y la inclusión, hacia una sociedad en armonía, que ofrezca unas mismas oportunidades a los más débiles y se enriquezca con la participación activa de todos".
Nicolás Castellanos a los 18 años profesó como religioso agustino y, tras estudiar Filosofía y Teología en el Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos), en 1959, con 24 años, fue ordenado sacerdote. Entre 1959 y 1963 amplió sus estudios en Roma (1959-1963), y obtuvo la licenciatura en Pedagogía y en Teología en la Universidad Salesiana.
Desde 1962 ejerció sus primeras labores pastorales en Palencia y León hasta que en 1973 fue elegido Prior de la Provincia Agustiniana de España y en 1978 Pablo VI le nombra Obispo de Palencia y después de trece años de trabajo apostólico en la Diócesis, en 1991 presentó su renuncia a Juan Pablo II para ser misionero en Bolivia.
En 1992 se traslada a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con un grupo de fieles religiosos, laicos y sacerdotes, fundando con ellos una iniciativa de vida en común llamada 'Fraternidad Hombres Nuevos'.
Crea el Proyecto Hombres Nuevos centrando su actividad social en el barrio de Plan Tres Mil, unos de los más empobrecidos de la periferia marginal de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Desde entonces continúa su labor de misionero en esa región, dedicando todos sus esfuerzos en mejorar la calidad de vida de los más pobres.
Su labor a favor de los pobres y de la justicia social ha merecido numerosos premios y reconocimientos, entre los que destacan el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998 y su nominación al Premio Nobel de la Paz 2021.
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