"No hay nada escondido que no llegue a descubrirse", reza el Evangelio según San Lucas. Y como si de una premonición se tratase, ha sido una talla de San Lucas, robada en 1979 en la localidad palentina de Astudillo, la localizada ahora en Italia, 44 años después.

El robo se produjo una noche de julio de 1979, recoge EFE. Al día siguiente la iglesia de Santa Eugenia de Astudillo se despertó con muchos huecos vacíos en su retablo mayor, obra atribuida a Gil de Siloé, uno de los máximos exponentes de la escultura hispánica del siglo XV y principios del XVI. Faltaban los cuatro evangelistas de la predela, los apóstoles del guardapolvos y un incensario de plata.

El párroco del pueblo dio la voz de alarma y las investigaciones permitieron atribuir el robo al famoso ladrón de obras de arte Erik el Belga, pero fue lo único que pudo averiguarse. Durante cuatro décadas nunca más se supo. Hasta ahora. La Unidad de Patrimonio Artístico de la Guardia Civil, con sede en Madrid, ha logrado dar con la pista de una de las piezas robadas, la talla de San Lucas (siglo XVI), cuando iba a ser subastada en Italia.

Tal y como explica el delegado diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo, que detalla a EFE que fue él quien envió, en agosto de 2021, a la Guardia Civil la ficha del retablo inventariado y unas fotografías antiguas de las piezas robadas para que la búsqueda no quedase en el olvido. Es algo que se hace de forma habitual, para que no se pierda el hilo y porque la fortuna ha demostrado que "al final todo sale a la luz".

Lo dice el propio evangelista en el Evangelio según San Lucas: "No hay nada escondido que no llegue a descubrirse", cita José Luis Calvo, convencido de que, por muchos años que pasen y al igual que han localizado este San Lucas, "tarde o temprano se encontrarán el resto de piezas robadas en el retablo mayor de Astudillo".

El Delegado Diocesano de Patrimonio incide en que no solo son "obras muy significativas" en el plano artístico y religioso, sino que también tienen un gran valor sentimental para los vecinos.

De momento, solo con la noticia del hallazgo, la satisfacción es ya mayúscula, aunque el deseo sería volver a ver la pieza en su lugar. En esa línea se va a trabajar desde la Diócesis: "A ver si tenemos suerte y la obra vuelve otra vez a la Diócesis y a Astudillo", confía José Luis Calvo, aunque haya que armarse de paciencia.

Lo sabe porque hay precedentes. En esta ocasión la talla de San Lucas, robada hace 44 años, se ha encontrado en Italia y como sucediera en 2000 con el Calvario de la ermita de Torre Marte, también de Astudillo, en la Diócesis de Palencia se preparan para un largo proceso. El Calvario tardó cuatro años en volver a la ermita.

Ahora el procedimiento es el mismo, la pieza tiene que ser reclamada por el Gobierno que, una vez realizados todos los trámites será su propietario. Y una vez en España, la Diócesis de Palencia solicitará al Gobierno que la traigan a Astudillo para ocupar el lugar del que nunca debió salir.

Más suerte hubo con la tabla policromada del siblo XVI atribuida a Juan de Borgoña robada en 1979 con el retablo de la ermita de Astudillo, del que formaba parte, y que fue localizada por la Policía Nacional en Zaragoza en 2017.

"En esta ocasión la obra no había salido de España y el proceso fue más sencillo", señala Calvo, que fue el encargado de recibir la obra en Astudillo ese mismo año.

Siguen faltando muchas. En Paredes de Nava, en Frómista doce tablas hispano flamencas del retablo de Santa María, robadas en 1980 también por Erik el Belga.

Pero también se han recuperado muchas otras. La tabla del S.XVI pintada al óleo por Alonso Berruguete robada de la iglesia de Lantadilla a principios de los años Sesetna; el cantoral de la Catedral de Palencia sustraído en la misma década; un alto relieve de la iglesia de Santa María de Becerril de Campos, enumera Calvo, convencido de que algún día habrá noticias de su paradero, porque "la Guardia Civil y la Policía Nacional están haciendo un gran trabajo", concluye.