Sin apenas experiencia política, Mario Simón se sentó en el sillón de la Alcaldía de Palencia en 2019 bajo las siglas de Ciudadanos, un color por el que sigue apostando a pesar de que el partido se esté desgajando, mientras asegura que "los tiempos de las mayorías absolutas se han acabado" y él ha demostrado en Palencia que sabe liderar una coalición.

Junto con el de Melilla y la alcaldesa de Ciudad Real son los tres únicos regidores de Cs que siguen gobernando -la alcaldesa de Ciudad Real y el de Albacete han alternado mandato con el PSOE y el de Granada dimitió- y ya ha anunciado que volverá a presentarse el 28M bajo las mismas siglas.

Llegó a la Alcaldía de Palencia con solo tres concejales electos, un acuerdo con el PP que necesitó la muleta de Vox y la única experiencia política aprendida durante los cuatro años que estuvo haciendo oposición al alcalde que esta legislatura ha estado sentado a su derecha.

Eso fue en 2019. Asegura, en una entrevista a EFE, que se sentó en el sillón para "romper la inercia" de la ciudad, con mucha responsabilidad sobre los hombros y la seguridad de que su paso por la política iba a ser transitorio porque no es "un político profesional" y tiene un puesto de trabajo al que volver -en el sector financiero-.

En estos años le ha tocado trabajar en coalición, gobernar en minoría, pelarse con cinco grupos, incluido su socio de gobierno, y lidiar con la covid y con "el constante cuestionamiento" sobre la legitimidad de su cargo.

"Hay que tener mucha mano derecha y mucha mano izquierda y he demostrado que sé liderar una coalición", afirma en la recta final de la legislatura.

"Al principio todo fue un poco agobiante, pero hemos conseguido reducir plazos y burocracia en el Ayuntamiento e introducir en la administración dinámicas de trabajo de la empresa privada", señala.

Sirvan de ejemplo los presupuestos municipales, que han salido adelante los cuatro años, a pesar de la pandemia y del gobierno en minoría y de haberse sentido tan "maniatado" que tuvo que proponer una cuestión de confianza para sacar adelante los de 2022.

Dice que se ha atrevido con cosas que llevaban años enquistadas como la solución al litigio con la Diputación de Palencia sobre la calle Jardines porque "había riesgo real de quiebra en el Ayuntamiento". "Afronté un problema que nadie quería afrontar porque no tenía ninguna venta política", insiste.

LO LOGRADO Y LO QUE SE QUEDA EN EL TINTERO

Enumera algunos éxitos de la legislatura de los que se siente "orgulloso": la puesta en funcionamiento del centro cultural Lecrac, -"que se construyó mal y hoy está cien por cien operativo"-; el parking disuasorio de la Estación de Pequeña; el plan de los cerros del Cristo del Otero; la apuesta por el desarrollo económico de la ciudad, la hostelería, la gastronomía, el turismo, y las pequeñas obras como la accesibilidad de la casa consistorial o el paso de las Once Paradas.

En el 'debe', se le ha quedado la rehabilitación de la nave de la Estación de Pequeña para su conversión en un centro para eventos y la rehabilitación del palacio de congresos y exposiciones de La Tejera, que quiere dejar "enfilada" antes de que acabe esta legislatura, y otros proyectos como la segunda fase de Jardinillos, la reforma de la Plaza Mayor o el plan de movilidad urbana.

En numerosas ocasiones ha puesto voz a la su decepción cuando los grupos políticos "pierden el tiempo en debates estériles en lugar de dedicarse a trabajar por la ciudad y los palentinos" porque no hay nada peor que "los políticos que usan las instituciones para medrar".

CS, UNAS SIGLAS QUE NO SUMAN

En este tiempo, asegura haber demostrado que sabe gobernar en coalición y ha decidido presentarse a la reelección a sabiendas de que su partido está en caída libre, pero con el convencimiento de que "en las municipales se vota a la persona" y que los palentinos sabrán valorar la gestión que ha realizado.

"Estoy muy orgulloso de las siglas de Cs -es coordinador provincial y miembro de la ejecutiva nacional-, porque son las únicas siglas limpias que no hacen que tengas que tapar la nariz", afirma. Aunque a renglón seguido reconoce que "en este momento puntual las siglas no van a suponer un impulso".

En cualquier caso se muestra convencido de que "los palentinos no van a votar siglas, van a votar a un alcalde" y advierte que la diferencia entre gestionar bien o hacerlo mal puede suponer a las arcas municipales entre dos y tres millones de euros.

En las municipales se enfrenta a su teniente alcalde, Alfonso Polanco (PP) y a Miriam Andrés (PSOE), que ganó en 2019, con el objetivo de volver a ser alcalde de Palencia, "sin socios preferentes", convencido de que "los tiempos de las mayorías absolutas se han acabado" y que su apoyo puede ser decisivo para formar gobierno. "Si es así, será la alcaldía o la oposición", concluye.EFE