La Junta ha solicitado que se busquen alternativas y que las obras se hagan en el menor tiempo posible
El simbolismo del hábito en las Cinco Llagas de Palencia
Se trata de uno de los momentos más simbólicos y didácticos de la Semana Santa
La presencia de Dios en la vida cotidiana, la protección de la Virgen, el recuerdo al sacrificio de Jesús. En el hábito del cofrade cada elemento, la túnica, el cíngulo, el capillo, la capa, los guantes, tiene un significado y el conjunto unifica e identifica a cada hermandad y el respeto de los penitentes.
Este significado se recuerda cada Lunes Santo en el Acto de la Vestición, uno de los momentos más simbólicos y didácticos de la Semana Santa de Palencia, declarada de Interés Turístico Internacional en 2012. En él, los penitentes cambian de vestimenta para enfundarse en sus túnicas y acompañar a Jesús.
En la Plaza de San Francisco, bajo la espadaña de este templo gótico y a las órdenes de un sacerdote, dos hermanos de cada una de las nueve cofradías palentinas han desarrollado el ritual de la vestición para que todos los presentes entendieran el significado de sus hábitos.
El primer paso ha sido enfundarse la túnica que representa la presencia de Dios en la vida cotidiana y expresa el deseo del cofrade de "cambiar de vida"; de color morado los Nazarenos y los de Medinaceli, de negro los hermanos de la Vera Cruz y de la Soledad, de marrón la Piedad, de rojo la Sentencia y la Misericordia, y de blanco, los hermanos de Jesús Crucificado.
Después la han ceñido con el cíngulo como recuerdo de las ataduras que sujetaron a Jesús en el Calvario y el deseo de que "las ataduras del mal no nos esclavicen", ha comentado el sacerdote.
En tercer lugar se han puesto la capa, en recuerdo de la Virgen y de su manto protector como Madre. Todos excepto los hermanos de la Soledad que la llevan.
Es el de la capa el color más distintivo de cada hermandad: verde la Santa Vera Cruz, blanco el Santo Sepulcro y la Misericordia, de morado los Nazarenos, lila los de Medinaceli, azul claro los de Jesús Crucificado, marrón la Piedad y negra la Sentencia.
Después se han puesto la medalla o la cruz, imágenes labradas en madera y metal como distintivo de cada cofradía y a la vez de unión de todos, a pesar de las diferencias, porque "lo que nos distingue no puede separarnos y mucho menos enfrentarnos", como ha señalado el sacerdote.
Finalmente todos han cubierto su rostro con el capirote o capillo, para preservar los sentimientos y el anonimato del cofrade durante su penitencia. Negros, blancos, rojos, los capirotes apuntan al cielo para ayudar a las almas de los cofrades a llegar a Dios.
Y por último los guantes blancos y negros con los que los cofrades han cubierto las asperezas y las manchas de sus manos, para mantenerse puros, no tocar el pecado y no ofender a Dios.
PROCESIÓN DE LAS CINCO LLAGAS
Concluido el acto de Vestición ha comenzado la procesión de las Cinco Llagas, organizada desde 1998 por la cofradía penitencial de Nuestro Padre Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosa que se fundó en 1953 y viste capa azul y túnica y capillo blancos.
Una procesión de gran arraigo en la Semana Santa palentina en la que el protagonista absoluto es una de las mejores imágenes de Cristo Crucificado realizadas por Alejo de Vahía en el s.XIV, Nuestro Padre Jesús Crucificado, imagen titular de la cofradía que tiene su sede canónica en el templo de San Francisco.
Con un toque largo de tararú de fondo, ha salido del templo gótico Cristo Crucificado, con un lazo negro bajo las llagas de los pies, acunado por los ocho hermanos que portaban descalzos sus sencillas andas al son de la Banda de Cornetas y Tambores de la Santísima Trinidad.
Durante todo el recorrido el Cristo de Alejo de Vahía ha pasado de los hombros de unos hermanos a otros, manteniendo una de las tradiciones y singularidades de esta procesión, en la que la Cofradía organizadora invita al resto de cofrades a que porten el paso como símbolo de fraternidad.
Sin dejar de mecer el paso y entre toques de tararú y sonidos de carraca, para acrecentar el dramatismo de la talla, el desfile procesional ha realizado cinco paradas para meditar sobre las cinco llagas del cuerpo de Cristo, las cinco heridas que Jesús recibió en el Calvario, en las manos, los pies y el costado.
La primera parada ha llevado el desfile ante la virgen titular de la cofradía organizadora, Nuestra Madre Dolorosa que ha recibido a su Hijo en la iglesia de San Francisco. EFE
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