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La lluvia desluce el Prendimiento de Jesús en Palencia

Se trata de uno de los momentos más sobrecogedores de la Semana Santa

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La lluvia desluce el Prendimiento de Jesús en Palencia
Foto: Almudena Álvarez / EFE
Almudena Álvarez (EFE)
Lectura estimada: 3 min.
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La lluvia ha deslucido la procesión del Prendimiento de Jesús en Palencia que no ha podido celebrarse íntegramente, pero si ha permitido el desarrollo del acto central en la puerta de iglesia de San Miguel, donde tres golpes de vara y tres toques de 'tararú' han dado la señal para prender a Jesús tras la traición de Judas.

Este pasaje de las sagradas escrituras firma uno de los momentos más sobrecogedores de la Semana Santa de Palencia, declarada de Interés Turístico Internacional, y este Martes Santo ha tenido que celebrarse bajo la lluvia.

La lluvia, que descargó las nubes en varios momentos del día, con algunos copos de nieve incluidos, finalmente no ha impedido el desarrollo de tan singular momento, pero si ha obligado a suspender el resto de la procesión para proteger del agua las tallas de incalculable valor artístico.

A las ocho de la tarde han partido los hermanos de Jesús Nazareno de la Plaza de San Pablo, acompañando al paso de la Traición de Judas, que se balanceaba al compás de la Banda de Cornetas y tambores de la Cofradía de Jesús Nazareno.

Llegados a la puerta de la histórica iglesia de San Miguel, en el corazón de lo que un día fue el barrio judío de Palencia, esperaban el resto de cofradías y muchos palentinos dispuestos a desafiar al mal tiempo para asistir a uno de los momentos más singulares, íntimos y sobrecogedores de esta Semana Santa de talla internacional.

Ha sido entonces cuando la lluvia, hasta entonces fina, ha comenzado a arreciar, obligando al público a abrir sus paraguas y a los cofrades a proteger los estandartes con un plástico antes de proceder al tradicional Saludo de Estandartes, una de las señas de identidad de esta Pasión castellana en la que las nueve cofradías participan en todos los desfiles procesionales y los estandartes se saludan en señal de hermandad.

Bajo la lluvia ha comenzado la lectura del pasaje evangélico de la traición de Judas, y a la orden de "Prendedle" se ha hecho el silencio. Ha sido entonces cuando un hermano nazareno ha golpeado la puerta del templo con la vara. Tres veces. Tres golpes que se han intercalado con otros tres toques de tararú, el sonido más característico y singular de la Semana Santa de Palencia.

En respuesta a la llamada, solo silencio, porque ya está todo está escrito. La puerta del templo se ha abierto mientras sonaba el himno de Medinaceli y ha comenzado a salir la imagen del Cristo de Medinaceli sabiendo que ha sido traicionado y morirá en la Cruz.

En esta ocasión, la carroza de Cristo de Medinaceli, una talla del siglo XVII de autor anónimo, que sujeta en sus manos un cordón dorado no ha pasado del umbral de la entrada, resguardándose de la lluvia bajo la portada y la inconfundible torre campanario de San Miguel.

Y en frente, el otro paso, ideado en 2005 por Carlos Guerra del Moral, uno de los imagineros más conocidos de Andalucía. En él, Jesús y Judas mirándose sobre una carroza de madera, adornada con unos medallones con las representaciones de las catorce escenas del Viacrucis.

Ante el paso, un hermano portando una corona de espinas ha permanecido inmóvil, mientras otros colocan unos grilletes a los pies del Nazareno, como símbolo de su cautiverio, en un acto que representa la captura de Jesucristo en el Huerto de los Olivos.

Ya prendido Jesús, ha vuelto al interior del templo y se ha suspendido la procesión organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Archicofradía de Jesús de Medinaceli, que debía haber recorrido las calles más céntricas de Palencia. EFE

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