Antonio García Hevia, natural de Hontoria de Cerrato, fue asesinado en 1941 en el campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen. Lo que parece un motivo de unidad, rechazo y recuerdo, se ha convertido en un conflicto tras una nueva negativa del ayuntamiento de la localidad a colocar un adoquín conmemorativo, tal como se ha convertido en tradición en muchos otros lugares.

"Estamos condenados a repetir la historia con gente como el alcalde y su equipo de gobierno", expresa indignada la sobrina nieta de Antonio, Mercedes Gutiérrez, según EFE.

Hijo y nieto de pastores, Antonio nació en Hontoria en 1898 y, tras huir a Francia durante la Guerra Civil, fue capturado por el ejército nazi en 1940 y deportado a Mauthausen-Gusen, donde fue asesinado en julio de 1941.

La propuesta, presentada por sus familiares y apoyada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) y por el grupo municipal de Izquierda Unida, ha sido desestimada por el alcalde y los ediles del Partido Popular, que argumentan que el lugar idóneo para dicho homenaje es el cementerio municipal y no un espacio público del pueblo.

"La Ley de Memoria Democrática no impone a los ayuntamientos la obligación de autorizar actos en espacios públicos. Se ha ofrecido la opción de colocar una placa en el cementerio, donde ya hay otras placas de recuerdo", ha explicado el alcalde, Juan Antonio Abarquero, durante la sesión plenaria.

"El cementerio es el lugar donde se llevan a los muertos, pero no a los asesinados en un campo de concentración", ha manifestado Mercedes Gutiérrez, sobrina nieta de Antonio García Hevia, expresando su decepción tras la votación.

"Estamos indignados porque ni siquiera nos ha permitido intervenir en el pleno para explicar lo que sentimos. Hacemos esto en nombre de mi padre, que era sobrino de Antonio, pero también por lo que representa: recordar la historia para que no se repita", ha añadido.

Desde 1992 se han colocado más de 100.000 adoquines de la memoria (stolpersteine en alemán) en 29 países. En España, con alrededor de 7.500 deportados asesinados, ya hay colocados más de 500. Concretamente en Castilla y León, con 381 muertos, hay ya más de 60 stolpersteine instalados.

"Vamos a seguir luchando por este homenaje, porque es un derecho", ha afirmado Mercedes Gutiérrez. EFE