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El Parador de Cervera celebra 50 años recordando su primer menú

La comida ofrecida en 1975 con motivo de la apertura incluía escudilla leonesa, trucha montañesa botillón, chuleta de ternera San Cebrián y ‘tontos’ de postre

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El Parador de Cervera celebra 50 años recordando su primer menú
Xavi Ramos Pozo
Xavi Ramos Pozo
Lectura estimada: 3 min.

En 1975 abrió sus puertas el único Parador Nacional ubicado en la provincia de Palencia, el de Cervera de Pisuerga, en pleno Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre.

Para recordarlo, el establecimiento invitará a sus clientes realizar un viaje en el tiempo para disfrutar, con una recreación de los platos que se servían en sus albores, de los sabores que paladearon los primeros huéspedes contemplando las mismas espectaculares vistas del pantano de Ruesga y de las cumbres montañosas.

Para esta experiencia, el equipo de cocina, con el chef Jesús Alonso a la cabeza, ha diseñado junto al equipo de Restauración de la compañía un menú especial que rememora la comida que se ofreció en la inauguración del Parador en 1975.

Una propuesta en la que se ha optado por actualizar aquellos históricos platos, todos ellos exponentes de la genuina cocina tradicional de la montaña palentina, para adaptarlos a los gustos actuales.

Así, si la comida inaugural se abrió con una 'escudilla leonesa' -un potaje de garbanzos al uso que toma su nombre de la pieza de la vajilla donde se presenta la elaboración-, para esta nueva etapa el plato de cuchara se ha reinterpretado en una crema vegetal, dando paso a un hummus de garbanzo palentino, crujiente de espinaca y teja de sésamo. Un primer pase en el que los entrantes se completan con torrezno a baja temperatura laminado con emulsión picante.

A continuación, el día del estreno llegó a la mesa una 'trucha montañesa botillón', convencional elaboración de este popular salmónido muy abundante en la época en los ríos de la zona que muy probablemente se presentaba frito y relleno con jamón. Un producto para el que en esta nueva etapa se ha optado por una elaboración más contemporánea: trucha marinada con aliño de yogur de oveja y frambuesa.

En el menú primigenio no faltó la opción cárnica con uno de los productos comarcales estelares: la chuleta de ternera de San Cebrián, que, dado el consumo de productos de máxima cercanía, si bien en esa época no se hablaba de razas, probablemente fuese la sanabresa procedente del homónimo municipio ganadero próximo. El preciado corte de carne bovina se mantiene en el nuevo menú, que se acompaña para la ocasión con un milhojas de boniato como guarnición.

Hace medio siglo el remate a la puesta de largo gastronómica del Parador cerverano lo pusieron unos 'tontos'. Por cercanía, se deduce que se trata de un postre muy antiguo originario del cántabro Valle de Liébana consistente en una masa hecha de miga de pan y huevo que se freía y posteriormente se cocía en leche con azúcar y canela. Ahora, de cara a las bodas de oro, se reproduce este ancestral dulce, sirviéndolo con natillas de leche merengada y helado de queso.

El menú especial 50º aniversario comenzará a servirse el sábado 22 de marzo y se ofrecerá a lo largo de todo el año durante los fines de semana, para un mínimo de dos personas. El cubierto tiene un precio de 42 euros y por un suplemento de 14 euros se ofrece una opción de maridaje de vinos de la zona.

Los entrantes se armonizan con Corito, el primer vermut palentino, elaborado en la localidad de Torquemada; el plato de trucha se acompaña con el rosado Quinta Negredo, de la DO Arlanza; la chuleta de ternera sanabresa se realza con el tinto crianza Carreprado, Vino de la Tierra de Castilla y León producido en la comarca del Cerrato, seleccionando para el postre el toque dulce del vino de hielo Amantia, de Bodegas Valdeneros.

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